Tove Jansson, la autora de las historias de los Mumin, probablemente ocupa el lugar internacional más destacado entre los escritores contemporáneos finlandeses. La arquitectura finesa está representada por los diseños de Alvar Aalto en edificios públicos, ciudades y mobiliario, en los que establecía una armonía con el ser humano y la naturaleza. Jean Sibelius, uno de los más grandes compositores modernos, escribió piezas marcadamente finlandesas con el objetivo de glorificar a su pueblo y como desafío a la opresión rusa. Sibelius y el pintor nacionalista Akseli Gallén-Kallela sucumbieron a la fascinación del carelianismo, un movimiento que se remonta a las canciones populares que en la década de 1830 Elias Lonnrot compiló para crear la epopeya nacional, el Kalevala, una mitología épica que comprende narraciones sobre la creación y la lucha entre el bien y el mal. Aleksis Kivi fundó la literatura finlandesa moderna con Siete hermanos (1870), en la que sus protagonistas tratan de escapar de la educación y la civilización para permanecer en su entorno natural y salvaje.
El finlandés es una lengua urálica y pertenece al grupo finougrio. Está estrechamente vinculado al estonio y al carelio, y sus orígenes son comunes al samoyedo y a as lenguas propias de la cuenca del Volga. El idioma más hablado del grupo finougrio es el húngaro, que guarda escasas semejanzas con el finlandés. Con el 6 por ciento de la población suecoparlante, Finlandia es oficialmente un país bilingüe. El finlandiassvenska (el sueco que se habla en el país escandinavo) es semejante al idioma hablado en Suecia, pero los dialectos locales incorporan numerosas palabras finlandesas.
Su gastronomía presenta elementos propios de las cocinas sueca y rusa, pero con muchas variaciones y especialidades locales. La patata es el ingrediente básico, servida con diversas salsas a base de carne o pescado. Algunos platos tradicionales incluyen animales de caza, como el urogallo o el estofado de reno, y el salmón braseado o crudo y marinado. La cerveza, el vino y los licores fuertes se venden en los bares y restaurantes autorizados y a través de la red estatal, denominada Alko; hay que tener en cuenta que, sumadas las estrictas restricciones de importación, los precios del alcohol resultan prohibitivos. El humor de los finlandeses a menudo relaciona su afición a las copas con su legendaria reticencia a las charlas triviales. Sirva de ejemplo el chiste siguiente, protagonizado por los estoicos héroes finlandeses Pekka y Toivonen:
“Un día Pekka y Toivonen se encuentran tras mucho tiempo sin verse y van a una sauna en el bosque. Beben vodka durante un par de horas. Pekka le pregunta a Toivonen: ‘¿qué ha sido de tu vida?’ Toivonen no dice nada, pero continúa bebiendo durante otro par de horas. Luego, lentamente, le responde: ‘¿Hemos venido aquí a parlotear o a beber?'”