Guadalupe, centro de la cultura criolla caribeña, surge como una animada mezcla de influencias francesas y africanas. Tan conocido por su azúcar y ron como por sus playas, este archipiélago provincial ofrece a sus visitantes una interesante mezcla de urbes modernas, aldeas rurales, selvas tropicales y playas apartadas.
El conjunto insular está formado por dos grandes islas, Grande-Terre y Basse-Terre, y varias islas menores. Su principal ciudad, la bulliciosa Pointe-à-Pitre, se halla en el centro del territorio insular; la perezosa capital, también denominada Basse-Terre, se encuentra en el extremo suroeste. La mayoría de los complejos hoteleros y puertos deportivos grandes se ubican a lo largo del litoral meridional de Grande-Terre.
Las islas al sur y al oeste de las costas de las dos grandes islas merecen una excursión. La más visitada, Terre-de-Haut, posee un atractivo pueblo y un puerto pintoresco, playas de calidad y restaurantes, y alojamientos a precios módicos. Las otras islas habitadas -Terre-de-Bas, Marie Galante y La Désirade- no se han acondicionado para acoger turismo, pero permiten acercarse al medio rural de las Antillas francesas, pues el tiempo prácticamente no ha pasado por ellas.