Moneda
euro, anteriormente dracma
· Presupuesto bajo: entre 5 y 15 euros
· Presupuesto medio: entre 15 y 30 euros
· Presupuesto alto: a partir de 30 euros
Alojamiento
· Presupuesto bajo: entre 20 y 80 euros
· Presupuesto medio: entre 80 y 200 euros
· Presupuesto alto: a partir de 200 euros
Grecia ha dejado de ser un país barato. Un presupuesto diario realmente bajo alcanza los 50 euros, si se practica el autostop, si el alojamiento se realiza en albergues de juventud o en campings, si no se frecuentan los bares y no se come en restaurantes y si se viaja en transbordador de forma ocasional. El cálculo asciende al menos a 90 euros al alojarse en habitaciones individuales, comer fuera con regularidad y visitar todos los lugares de interés. Para unas vacaciones más desahogadas – aposentos confortables y buenos restaurantes a diario – se precisarán unos 80 euros. Las tarifas hoteleras varían enormemente según los meses, y es posible ahorrar hasta un 30 por ciento si no se viaja en temporada alta, entre mediados de junio y finales de agosto.
Los bancos cambian todas las divisas importantes en efectivo, cheques de viaje o eurocheques; la comisión es menor en el primer caso. Las oficinas de correos sólo canjean dinero en metálico y suelen cobrar comisiones menores que las sucursales bancarias. Las agencias de viaje y los hoteles de mayor entidad también ofrecen estos servicios, pero sus tarifas suelen ser más elevadas. En la mayor parte de las zonas turísticas es posible encontrar cajeros automáticos. Todos los establecimientos de lujo y alojamientos aceptan tarjetas de crédito; Visa, MasterCard y Eurocard son las más aceptadas. Muchos bancos poseen terminales de datos a través de las cuales se puede acceder a las cuentas de débito o crédito.
En los restaurantes el servicio está incluido en la cuenta, pero es costumbre dejar una pequeña propina; redondear la cantidad que se debe pagar suele ser suficiente. Lo mismo sucede en los taxis. El regateo no está tan generalizado como en los países orientales; en la mayoría de los comercios, los precios están bien indicados y no son negociables, aunque en los mercados el viajero puede probar su habilidad para reducir el coste. Merece la pena negociar el precio de las habitaciones, especialmente si se ha previsto una estancia de varios días.